Erase una vez un profe que me tenía manía…Este podría ser el inicio de cualquier cuento infantil, pero a día de hoy se ha convertido en uno de los principales argumentos ante la llegada de las primeras notas que no esperábamos.
Si bien en los cuentos la magia nos ayuda cuando más la necesitamos, en la vida real, los suspensos terminan convirtiendo al profesor en el personaje malvado del cuento. Desde aquí vamos a romper una lanza a favor de todos aquellos profesores señalados y veremos cómo transformar una pesadilla en un cuento con final feliz.
Lo primero que hay que asumir es que los suspensos, al contrario que en los cuentos, NO APARECEN POR ARTE DE MAGIA. En la mayoría de los casos, son consecuencia de la falta de estudio y constancia, pero es cierto que puede haber multitud de causas: desmotivación, falta de capacidad, distracciones varias, incluso mala suerte. Podíamos haber dejado miguitas de pan para recorrer el camino andado y averiguar cuál ha sido el origen de tanta desdicha, pero a veces, mirar hacia atrás tampoco soluciona el problema. Es el momento de dejar de buscar culpables, tomar decisiones, mirar hacia adelante y ser feliz “sin tanto cuento”.
Aprovéchate de tu profesor, en el fondo todos son “encantadores”. Algunos profesores pasan desapercibidos en un primer momento, son hasta rechazados por su fealdad, pero con el tiempo se convierten en cisnes capaces de deslumbrar al más audaz. Otros acuden habitualmente a su espejito mágico para obtener información y poder así, conectar con la clase más rápidamente, y otros simplemente, atraen por su talento o belleza, pero os aseguro que se convierten en seres normales cuando llegan las doce y continúan trabajando muuuucho… Sea cual sea su historia, todos y cada uno de ellos estarán “encantados” de ayudarte. No esperes hasta el final, o puede que el lobo feroz salga del armario disfrazado de…suspenso?
Si a pesar de todo, no hay forma de evitarlo, afróntalo. Si hay algo que me gusta de los cuentos infantiles, es el desenlace final. Hay muchos tipos de personajes ganadores, normalmente suelen ser los más valientes y luchadores. Otras veces también ganan los más humildes, o generosos, o incluso aquellos que se han arrepentido de hacer el mal. Pero lo que tengo claro, es que siempre pierden aquellos que huyen o engañan. En la vida real, nos daremos cuenta que la clave está en afrontar el suspenso con madurez y responsabilidad. En tu mano está aceptar el papel de príncipe valiente, o dejarte llevar por la malvada madrastra del cuento….
By Pilar Hidalgo