La tecnología ha revolucionado el mundo de la educación en los últimos años, cambiando la forma en la que se enseña y se aprende, dándole un enfoque distinto a la que se solía estar acostumbrado hace un par de años. Todo ello abarca desde la educación a distancia hasta el estudio presencial, con todo ello han permitido que los estudiantes tengan más control sobre su aprendizaje y accedan a recursos educativos en cualquier momento y lugar.
Uno de los mayores beneficios de la tecnología en la educación es el acceso a la información y el conocimiento. Y es totalmente cierto, ya que los estudiantes pueden buscar información sobre cualquier tema, desde la historia hasta la ciencia y la tecnología, todo ello online. Los libros de texto en línea y las aplicaciones educativas ofrecen a los estudiantes una variedad de recursos para aprender y profundizar en los temas de su interés.
También ha permitido una mayor flexibilidad en la forma en que se enseña y se aprende. Los estudiantes pueden tomar cursos online y acceder a materiales de aprendizaje, además de utilizar herramientas educativas para adaptar su experiencia a sus necesidades más específicas. Por ejemplo, algunos estudiantes pueden necesitar más práctica en una habilidad en particular, mientras que otros pueden necesitar material adicional para comprender un tema en profundidad.
Además de un avance entre alumnado y profesores, a la hora de comunicación y resolución de dudas se han creado unas distintas plataformas tanto externas como internas dentro de cada propio centro, como es en EEP, donde tienen una comunicación constante y directa.
Todo esto que nos aporta la tecnología está genial, pero no todo es tan bonito.
No se debe abusar del uso excesivo de la tecnología, ya que puede afectar al entorno, y no tener una realidad muy clara. Pueden distraerse fácilmente con los dispositivos electrónicos y haber una falta de interacción social.
En conclusión, la tecnología ha tenido un gran impacto significativo en los últimos años, cambiando la forma en la que se enseña y se aprende. Desde el acceso a la información hasta la personalización del aprendizaje, y a medida que la tecnología continúa avanzando habrá que darle importancia a como se utilizará y de que manera para que tanto los educadores como los estudiantes tengan a su alcance de una manera efectiva “la educación del futuro”.