Con estas líneas pretendo mostrar la relación que existe entre el acoso escolar y las habilidades sociales, pero antes de empezar, conviene aclarar una serie de premisas:
- El fenómeno de acoso escolar ha existido siempre, tanto en centros públicos como privados, selectivos o marginales, en grandes ciudades o pueblos.
- El acoso escolar es una forma de agresión perjudicial e intencionada que afecta al bienestar social, emocional y psicológico de la persona que lo sufre.
- En dicho comportamiento, los ataques hacia la víctima se vuelven sistemáticos y encuentran una situación de persecución psicológica y física.
En base a ello, el problema del acoso escolar surge por las dificultades y problemas en las relaciones interpersonales y en la falta de habilidades sociales, teniendo una gran incidencia en el desarrollo presente y futuro de niños y de adolescentes.
Para evitar estas situaciones desagradables, conviene que tanto en el seno familiar, como en las escuelas (ambos primeros agentes socializadores) se desarrollen conductas que posibiliten a niños y adolescentes desenvolverse en un contexto intrapersonal e interpersonal que generen sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de forma correcta. Además de esto, las habilidades sociales permiten la resolución eficaz de problemas inmediatos, así como la discriminación de problemas futuros.
Estudios recientes sobre habilidades sociales demuestran:
- La relación entre competencia social y salud físico-mental determinan el conjunto de habilidades sociales como factor importante de protección, así como un indicador de desarrollo saludable y de calidad de vida.
- Las habilidades sociales inciden tanto en la infancia como en la vida adulta y en la autoestima, en la adopción de roles, en la autorregulación del comportamiento y en el rendimiento académico.
- Las habilidades sociales son comportamientos aprendidos y no son variables de la personalidad.
- Las habilidades sociales guardan relación con un determinado marco cultural, es decir, que no existe una forma correcta de comportarse que sea universal, sino una serie de enfoques que varían según la persona (edad, sexo, clase social…)
Como conclusión, tras lo mencionado anteriormente, puede afirmarse que la aprobación o aceptación por parte de los compañeros de aula es esencial para el desarrollo de habilidades sociales, la socialización, la interiorización de valores, la capacidad de autorregulación emocional…; además de generar seguridad y compañía en la persona.